Viejos Católicos
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        Se denominaron así a los seguidores de Dollinger y de los teólogos rebeldes y opuestos al Concilio Vaticano I. Sobre todo fue la definición de la infalibilidad del Papa lo que precipito la ruptura latente de un grupo intelectual que arrastro alguna parte de los ambientes cristianos en donde vivían. Pretendieron resurgir el espíritu de sencillez y de austeridad de los primeros cristianos, por lo que se dieron a sí mismo el nombre de "viejos o antiguos católicos". Pero lo hicieron con soberbia y ruptura eclesial.
   Se extendieron limitadamente por Austria, Alemania y Suiza y se mantuvieron como iglesia cismática. Muchos miembros se desviaron pronto en cuestiones más doctrinales (concepción de iglesia sin autoridad), y morales (abolición del celibato sacerdotal), lo que originó fuertes discrepancias entre los promotores, que ciertamente eran personajes de indiscutible nivel intelectual.
  Fueron muy bien acogidos por los poderes civiles opuestos al centralismo romano y por el llamado "kulturkampf" de Alemania, lo cual desvió el movimiento hacia posturas políticas.   (Ver Dollinger)